Los equipos no fracasan por falta de talento, sino por falta de conexión emocional entre las personas que los integran.
Un grupo de personas puede compartir un objetivo, pero un equipo que siente y trabaja en conjunto comparte propósito, confianza, energía y valores. Todo esto se construye, los equipos se forman no surgen de manera magica.
La inteligencia emocional del equipo, es la clave del alto rendimiento. Implica desarrollar empatía, comunicación honesta y sentido de pertenencia. Estas habilidades en algunas ocasiones surgen naturalmente y en otras es necesario entrenarlas.
Poniendo énfasis en herramientas de Programación Neurolingüística, el rapport (que significa entrar en sintonía con un otros) es esencial: cuando el equipo está en coherencia, la comunicación fluye y los conflictos se transforman en aprendizajes.
Aprender a escuchar al otro desde un lugar de empatia, conexion y entendiendo que las personas no somos iguales, y celebrando que esas diferencias pueden hacer crecer a nuestro equipo.
Liderar un equipo emocionalmente inteligente es enseñar a escuchar, validar y celebrar. Porque un equipo que se siente seguro emocionalmente, se atreve a innovar, asumir riesgos y crecer. Y para ello es fundamental que lideres esten preparados y tengan las habilidades que quieren para su equipo,
✨ Reflexión: ¿Tu equipo se comunica desde el miedo o desde la confianza?
